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17/06/2017
A lo largo del Camino encontraréis muchos y buenos aliados, pero sin duda uno de los mejores será vuestra mochila; ese pequeño universo sobre la espalda que durante días deberá convertirse en toda una fuente de recursos. Sabemos que no es fácil sacar el máximo partido de un espacio tan pequeño, por eso queremos daros un par de consejos para que en vuestro peregrinaje hacia Compostela nada tengáis que envidiar al mismísimo Inspector Gadget; siempre con un recurso a mano para salir más que airoso ante cualquier imprevisto.

Acabar el camino con éxito, no obstante, depende también de una correcta elección de la ruta. Si bien es cierto que no necesitamos ser medallistas olímpicos para llegar a Compostela, no es menos cierto que las rutas presentan diferentes niveles de dificultad y que debemos ser conscientes de nuestras posibilidades y de nuestras limitaciones físicas. Si no estamos acostumbrados a realizar deporte, conviene darse unas buenas caminatas en las semanas previas con el mismo calzado y con un peso en la espalda similar al que vamos a llevar.

Hecho esto, comenzaremos a pensar en la mochila. ¿Qué debemos llevar? Sólo lo justo y  necesario. Esa es nuestra máxima. Si emprendemos el camino en verano, serán suficientes tres o cuatro camisetas, un par de pantalones desmontables y un jersey de abrigo. No sobra un gorro y, por supuesto, tratándose de Galicia y su querencia por la lluvia, el chubasquero resulta imprescindible. El calzado debe ser siempre cómodo. Lo ideal son unas botas de senderismo flexibles y usadas. Tus pies agradecerán unas sandalias o zapatos deportivos de recambio para el final de cada etapa.

¡No os olvidéis incluir un pequeño botiquín! Lo justo y necesario incluye una caja de aspirinas, vendajes para posibles esguinces, apósitos y material para eliminar y tratar las ampollas. Pensad mucho en el cuidado de vuestros pies, serán sin duda los más castigados…

Además de armario y farmacia, vuestra mochila debe convertirse también en despensa. La alimentación es muy importante a la hora de realizar el Camino. Os recomendamos hacer desayunos completos (no basta con el simple café con leche) y prestar especial atención a la hidratación. Debéis llevar siempre con vosotros una botella de agua para ir rellenando y beber sin esperar a tener sed. Para combatir el calor del verano existen cantimploras-termo que consiguen mantener el agua fresca.

Otra de las recomendaciones pasa por ingerir alimentos sólidos cada hora, por lo que deberéis guardar un hueco en vuestro macuto para incluir alguna barrita energética, fruta o un mini-bocadillo. Para el almuerzo y la cena encontraréis infinidad de establecimientos en cada uno de los pueblos por los que vayáis pasando. Muchos de ellos disponen del llamado “menú del peregrino”, con precios reducidos y variedad de platos para elegir.

Si todavía sobra espacio, aprovechad para meter una linterna, una toalla, la bolsa con los útiles de aseo, pinzas para colgar la ropa… Ah! ¡Y también el saco de dormir y la esterilla! ¿Demasiado peso para vuestra espalda? ¿Pocas cosas para lo mucho que creéis que vais a necesitar? No os preocupéis; en realidad la mochila ya ha dejado de ser un problema para el peregrino. El servicio de transporte está cada vez más extendido y en Galician Roots incluso el paquete más básico lo incluye. ¡No dejes que el camino se convierta en una carga!

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