×
17/08/2017
En vuestro periplo hacia Santiago hay una lección importante que no tardaréis en aprender. Dos o tres etapas son suficientes. Enseguida descubriréis lo  necesario que es descansar mucho y bien para poder completar con éxito el Camino.

Podréis dormir donde queráis; los alojamientos proliferan y son muy variados: desde el más destartalado de los polideportivos municipales hasta lujosos pazos, pasando por albergues, hoteles y casas rurales con todas las comodidades. Eso sí, debéis tener en cuenta que no todos son igual de cómodos y no todos están siempre disponibles. En verano, con una alta ocupación, puede resultar difícil encontrar alojamiento al pie del Camino, por eso os recomendamos organizar el viaje con suficiente antelación para evitar sorpresas desagradables. A continuación os dejamos un pequeño resumen de toda la oferta de alojamientos del Camino para que podáis escoger la que mejor se adapte a vuestras necesidades.

Generalmente los albergues son los más solicitados, y también los más saturados en temporada alta. Cubren las necesidades básicas: techo, cama y ducha. Los hay públicos (gestionados por la Xunta de Galicia o por los propios ayuntamientos) y privados. Últimamente han mejorado sus dotaciones en cuanto a servicios y comodidades, por lo que encontraréis muchos que disponen de lavadora, tendederos, salas comunes con utensilios de cocina para preparar comidas y máquinas expendedoras de bebidas y aperitivos. No tendréis que hacer ni medio quilómetro extra para encontrarlos y son sin duda la mejor opción para conocer gente y establecer relaciones sociales. Como contrapartida, tendréis que lidiar con los ruidos, los ronquidos y quizás también hacer cola para ir al baño…

Una alternativa a los albergues son las pensiones y los hoteles. No tendréis dificultad para encontraros, a vuestro paso por los pueblos del Camino, establecimientos de 2 ó 3 estrellas con una buena relación calidad-precio. La mayoría son negocios familiares, sin lujos pero limpios y acogedores. El alojamiento se completa con los servicios de cafetería y restaurante, en los que suelen ofrecer abundante comida (dentro de la línea del menú del día) y desayunos completos. Casi todos ofrecen habitaciones con baño incluido, televisión y calefacción. 

Las casas rurales ofrecen una forma de descanso diferente; no sólo para el cuerpo, sino también para los sentidos. Con mayor intimidad y en un entorno tranquilo y normalmente de gran belleza paisajística, se prestan también para conocer la forma de vida en el campo gallego y algunas de sus tradiciones. Los alojamientos rurales suelen ser casas de labranza restauradas y situadas en aldeas, con jardines y terrazas al aire libre, y no demasiado grandes. Ofrecen los mismos servicios que un hotel y normalmente alquilan las habitaciones.

Los pazos (las viviendas de la antigua nobleza gallega) son un tipo de alojamiento de máxima categoría y bienestar. Se trata de construcciones representativas de la arquitectura tradicional de Galicia, con siglos de historia  y miles de metros cuadrados de fincas y zonas ajardinadas. Son remansos de tranquilidad en los que es habitual encontrar capilla, huerto e incluso molinos de agua y palomares. La gran diferencia con el resto de alojamientos es que ofrecen muchos servicios y actividades extra: piscina, canchas de tenis y pádel, minigolf, paintball, bicicletas, lavado y planchado de ropa, fisioterapeuta o aparcamiento gratuito son sólo algunas de ellas.

Lo dicho, ¡a descansar mucho y bien!

Blog

Síguenos
Suscríbete

Todas nuestras novedades y ofertas en tu buzón