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17/01/2017
La han bautizado como el fin del mundo, como la tierra de los diez mil ríos o como el país del millón de vacas. Son tres definiciones muy diferentes para un lugar único: Galicia, esa esquina verde del noroeste de España donde la lluvia es arte sobre la piedra mojada y el sol el bálsamo de paisajes tan bellos como dispares.

¡Son tantos los secretos que esconde Galicia! ¿Sabéis que aquí se encuentra la playa más bonita del mundo? No lo decimos nosotros, lo dice The Guardian. Se llama Rodas y está en las Islas Cíes, un parque natural bañado por las aguas del Atlántico. Más de cien kilómetros hacia el norte, en la playa del Orzán, podréis escuchar el sonido de mar más bonito del planeta. Aquí está también la única muralla romana que se conserva entera, con sus más de dos quilómetros, y el faro en funcionamiento más antiguo del mundo; ambos monumentos patrimonio de la humanidad.

Pero el encanto de Galicia está también en las pequeñas cosas, en los placeres diarios como disfrutar de la mejor comida en buena compañía. Si por algo somos conocidos los gallegos es por nuestra gastronomía y por lo bien (y mucho) que se come aquí. La bravura de las aguas batidas del norte nos proporciona mariscos de excelente calidad y el clima suave del sur las condiciones idóneas para producir los mejores vinos. De las montañas y los valles del interior sale la famosa carne de ternera gallega y los típicos quesos de tetilla, únicos por su forma y sabor.

A esta receta exquisita hay que añadir un ingrediente especial: el apego a la tradición, que impregna no sólo nuestra cocina sino también nuestra música, nuestros mitos y leyendas e incluso nuestra forma de ser. Con fama de desconfiados, enseguida descubriréis que la distancia del primer momento sólo es un escudo de protección bajo el que los gallegos escondemos un carácter afable, cercano y muy hospitalario.

La gente, el mar, la tierra húmeda, los bosques frondosos, el agua en la lluvia y en los ríos, la piedra, la tradición… y el camino. El Camino de Santiago, ese conglomerado de rutas que surca las entrañas de esta tierra, que aglutina sus esencias y se convierte en la mejor forma de conocer Galicia, una tierra difícil de definir incluso para los que hemos nacido y crecido en ella. Quizás su encanto sea un misterio, como nuestras meigas: nadie las ve pero “haberlas haylas”.

Sólo hay algo seguro: quien visita Galicia, repite. ¡Te animamos a que descubras sus secretos!

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